UN ESPACIO PARA ELLOS...



... no recargado, con colores agradables, decoración sencilla, amplia, ordenada, donde se respire armonía y se transmita calma, con espacios amplios para que el niño pueda desplazarse libremente. 


Los materiales a su alcance, fomentando la libertad de movimiento para que pueda explorar y experimentar su propia independencia. 


Espejos, para que el niño pueda observarse y descubrir su propio reflejo, jugar y experimentar con las formas y las perspectivas.


La cama a nivel del suelo, así el bebé desde que empieza a gatear, puede moverse libremente sin necesitar la ayuda de un adulto para desplazarse.








Juguete de materiales naturales principalmente, sin necesidad de sobreestimularlos con juguetes de plástico de luces y sonidos. Es difícil percibir el mismo tacto, peso o cuidado que merece un juguete de madera o de tela, por ejemplo, que uno de plástico. Y los juguetes demasiado elaborados limitan la imaginación.


Láminas e ilustraciones que hacen más bello el espacio y estimulan la observación del niño.



Cuentos y cuentos, para tocar, observar, aprender, jugar, reír, escuchar,...










Trabajar los sentidos...






Trabajar la imaginación y la fantasía.



Un espacio acompañado por Bruma, donde fomentar el respeto y el cariño hacia los animales.


Y una persona que escucha y atiende, que acompaña, respeta y cubre las necesidades no sólo físicas, sino emocionales, motores y cognitivas, con cariño y respeto, para conseguir niños autónomos, seguros y felices.





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